B. Resolución de conflictos en el contexto próximo
Causas y efectos de los conflictos.
Como
no todas las personas con las que interactuamos a lo largo de nuestras vidas aceptan hacerse responsables de sus actos, muy
frecuentemente debemos enfrentar
situaciones de conflicto.
Rechazo
a la violencia y a la intolerancia
como medio para solucionar
conflictos.
La
violencia sólo engendra más violencia y, aun cuando pudiera parecer que en un
primer momento es la única o la mejor salida, la realidad es que casi siempre
recurrir a métodos violentos sólo garantiza el que los problemas no se
resuelvan y se conviertan en los llamados “ciclos de violencia” y eventualmente
se amplifiquen y sea más difícil resolverlos. La violencia, por cierto, no
tiene que ser física para ser violencia. La violencia verbal genera muchas de
las mismas consecuencias que la violencia física, no contribuye a la solución
de los problemas y, muy frecuentemente, se convierte en el preludio de la
violencia física.
En
este sentido, es importante que adviertas que el habla popular mexicana en
muchas ocasiones favorece, en lugar de evitar, la violencia verbal o física. El
habla popular mexicana, en este sentido, está caracterizada por una carga
machista que frecuentemente asocia a lo femenino con lo débil, lo falso, lo
poco confiable y lo desechable. De ahí expresiones profundamente machistas como
“mariquita,” como “rajarse,” entre otras muchas que presentan a lo masculino
(“fuerte como macho,” “actuar como macho,” por ejemplo) como lo sólido o lo
confiable. No sólo eso, frecuentemente
está
cargada de referencias que hacen de la violencia sexual contra las mujeres y
especialmente contra las madres de los adversarios, un lugar común. En otros
casos, presenta a los actos sexuales como oportunidades para dominar a
adversarios débiles, afeminados, incapaces de actuar como los hombres y, en ese
sentido, marginados y desechables. Está cargada también de referencias
profundamente despectivas hacia los indígenas (expresiones como “indio pata
rajada,” “indio ladino,” entre otras); los africanos (las expresiones que
asocian lo negro con lo inferior); los pobres (las expresiones contra “los
nacos”) y, de manera más general, contra todo aquello que no responda a un
patrón de lo nacional mexicano que, de cualquier modo, no es ni puede ser tan
estático como quienes actúan así quisieran. Es necesario que reconozcas las
consecuencias que tiene este tipo de agresiones y que, sin marginarte de tu
contexto, trates de introducir cambios progresivos que rompan con estos
patrones de agresión contra los más débiles, contra las mujeres, contra las
minorías étnicas o sexuales y, de manera más general, contra quienes son vistos
como diferentes al “mexicano promedio,” aunque en los hechos sea muy difícil
identificar quién es ese “mexicano promedio.”
Análisis
de las actitudes ante el conflicto
Es muy importante que al enfrentar las inevitables
diferencias que marcan la convivencia humana, lo hagamos convencidos de nuestra
capacidad de construir acuerdos. Esto sólo es posible si reconocemos a nuestros
interlocutores, sin importar si estamos o no en un contexto de conflicto, como
iguales en todo a nosotros y somos capaces de comprender sus problemas, así
como las razones por las que se ha generado el conflicto desde una perspectiva
madura y responsable. Es cierto que no todas las personas van a pensar como tú
y, por eso, es muy importante que no seas ingenuo respecto de tu capacidad para
convencer a todas las personas con las que tienes contacto, pero también que
siempre le des una oportunidad al diálogo, a la negociación y, en general, a la
comunicación como estrategia para la solución de los problemas que te afecten.
Los conflictos pueden tener muchos orígenes. Algunos ocurren por razones
económicas o políticas y pertenecen a un ámbito en el que tú, en esta etapa de
tu vida, tienes poca o ninguna capacidad para influir. En las colonias o
comunidades en las que tú y tus compañeros y compañeras de clase viven, también
existen un número importante de problemas cuyo origen puede ser también
económico o de acceso a ciertos bienes o servicios. Piensa, por ejemplo, en las
estrategias que algunas personas siguen en algunas calles de las grandes
ciudades de nuestro país para adueñarse de espacios públicos como avenidas,
calles, parques y camellones, sea para ejercer el comercio ambulante o semifijo
o para “apartar” lugares de estacionamiento. Estés o no de acuerdo con este
tipo de prácticas, es importante que reconozcas que existen condiciones que
llevan a distintas personas a usar así el espacio que, de otra manera, sería
público. Es por eso que estas situaciones generan problemas en la convivencia
entre vecinos, pues—obviamente—habrá quienes se sientan afectados por ese tipo de situaciones
y quienes las consideren algo inevitable en las ciudades del país.
En el seno de las familias, los problemas también ocurren frecuentemente y pueden ser
el resultado de muchos factores. Desde la irresponsabilidad de alguno de los
miembros de la familia, la falta de espacio o de recursos para satisfacer las
necesidades de todos sus miembros o la incapacidad de los miembros de esa
familia para negociar y encontrar una solución a los problemas que los afectan. Es muy importante que, cuando se presenten los conflictos
en nuestro hogar seamos capaces de dialogar, de reconocer que todos tenemos
derecho a sostener opiniones diversas sobre los hechos que ocurren a nuestro
alrededor, pero que también las familias, lo
mismo que las comunidades, necesitan mantener una estructura que garantice su
propio funcionamiento y el logro de objetivos que no se pueden alcanzar en un
contexto de conflicto. No se trata de eliminar los conflictos o las
diferencias, pues eso no es posible. Se trata, más bien, de aprender a manejar
la variedad de opiniones, puntos de vista y necesidades que existen en el seno
de las familias y las colonias o comunidades de nuestro país. Para esto es muy
importante que tengas claro cuál es tu actitud hacia el conflicto en general y
que trates de comprender las actitudes que otras personas tienen cuando
enfrentan un conflicto. Además, es importante que tú, de manera activa y
convencido de ello, le apuestes a la solución negociada de los conflictos y a
que los demás también desean resolver los conflictos sin llegar a la violencia
porque la violencia, además de todos los problemas que ya se han apuntado,
tiene un muy elevado costo económico.
Ello hace que existan personas que, de manera activa, le
apuestan al mantenimiento de los ciclos de conflicto, o incluso de violencia,
como un mecanismo para obtener ventajas que de otra manera no podrían lograr.
No siempre es fácil identificar este tipo de situaciones, pero es necesario que
estés al tanto de esa posibilidad y que, incluso en esos casos, comprendas las
ventajas que ofrece la solución negociada de los conflictos y ayudes a los
demás a comprender esta realidad.
Escucha
activa
Es
necesario que reconozcas, que sólo vas a poder convencer a alguien si tú mismo
estás dispuesto a escuchar a otras personas y si tú estás dispuesto a ceder en
la búsqueda de una solución a los conflictos que te afectan a ti, a tu familia
o a tu comunidad. Esta es una dinámica que algunos filósofos y sociólogos
llaman la situación
ideal de habla. Esta situación es aquella en
la que los actores reconocen que para dialogar, para negociar y resolver
conflictos, es necesario que las partes involucradas en ese conflicto estén
dispuestas a escuchar, a ceder y, en buena medida, a poner en juego su
identidad al entrar en contacto con las otras personas. Si, por el contrario,
los actores pretenden “dialogar” o “negociar” sin escuchar, sin estar
dispuestos a ceder y sin poner en juego su identidad, lo más probable es que
las otras personas no estén dispuestas a hacer algo parecido y, en este
sentido, es muy probable que el conflicto se agrave y detone otros conflictos
en su entorno. De ahí que sea importante desarrollar una actitud de escucha
activa. Esta actitud involucra la disposición a escuchar al otro, así como
demostrar, con nuestros gestos, con nuestras actitudes y con nuestras palabras,
que efectivamente escuchamos a las personas con las que hablamos y que somos
capaces de comprender su situación y empatizar con ellos, a pesar de que no
compartamos las mismas opiniones sobre el problema. Hay varias técnicas
específicas para lograr esta actitud de escucha
activa, lo que es importante en todas ellas es el desarrollo de una manera de
relacionarte con tu(s) interlocutor(es) de manera que se sienta(n) cómodo(s) en
tu presencia y que, lejos de acentuarse las diferencias que los separan, se
puedan construir acuerdos a partir de aquellas cosas en las que tienen ideas
similares o parecidas. La escucha activa también
implica evitar actitudes, palabras y gestos con los que normalmente
desacreditamos las posiciones o los puntos de vista de nuestros interlocutores.
Implica también evitar caer en actitudes defensivas, autocompasivas, irónicas o
sarcásticas, pues todas esas actitudes tienden a impedir una comunicación
franca y directa con nuestros interlocutores, además de que muy fácilmente se
pueden considerar como insultos. La escucha activa también
busca identificar las emociones subyacentes en los argumentos de los interlocutores,
de manera que sea más fácil comprender qué es lo que efectivamente nos trata de
decir nuestro interlocutor con sus gestos, sus actitudes o algunas palabras
clave que las personas más capacitadas en la escucha
activa logran
identificar con relativa facilidad. En este sentido, aun cuando no es posible
suponer que estas líneas te convertirán en un practicante experimentado de la escucha
activa, sí es posible suponer que puedes aplicar algunos de los principios de
este método y evites, por ejemplo, en el contexto de los conflictos que puedan
ocurrir en tu familia o comunidad, las expresiones, gestos o actitudes que
puedan hacer sentir a tus interlocutores que no tomas en cuenta sus opiniones y
evitar, desde luego, los sarcasmos, las ironías, las agresiones (veladas o
expresas) y que contribuyas, en cambio, a generar condiciones que faciliten el
intercambio de ideas, la llamada situación ideal de habla.
Interpretación, argumentación y defensa de opiniones
Al
hablar con otros es inevitable que interpretemos sus opiniones, sus puntos de
vista e incluso, en algunos casos, sus necesidades. Lo importante, sin embargo,
es que la interpretación que hagamos sea una interpretación que siga el
argumento, del pensamiento positivo. Si al intercambiar opiniones con otras
personas, sea o no en el contexto de un conflicto, tú interpretas lo que te
dicen de manera sesgada, apostándole a la generación o el mantenimiento de
conflictos o sin estar convencido de la posibilidad de construir o mejorar
acuerdos existentes, lo más probable es que vas a actuar de manera tal que será
muy difícil mejorar las cosas. No sólo eso, es muy probable que al participar
de una conversación en esas condiciones, generes condiciones que hagan más
difícil la solución de los conflictos. De ahí que sea muy importante que,
además de la actitud de escucha activa, desarrolles tanto como
sea posible tu habilidad para empatizar con tus interlocutores, es decir, para
ponerte en su lugar e interpretar la realidad a partir de ese ejercicio de
empatía. Esto no implica que renuncies a tus convicciones o a la defensa de tus
derechos para satisfacer o quedar bien con tus interlocutores; lo que implica
más bien es que seas capaz de afinar, de mejorar tu propia capacidad para argumentar tus
propias razones, tus puntos de vista y para explicar, tan claramente como sea
posible, por qué es que tú entiendes una situación en los términos en los que
lo haces. El peor error que se puede hacer en este sentido es el de suponer que
tus razones son auto-evidentes o que son transparentes. Tus interlocutores, del
mismo modo que tú, tienen razones que los
llevan a pensar y comprender los problemas, las realidades que los rodean de
una cierta manera. Por eso mismo, es necesario que así como esperas una explicación clara y bien argumentada de
las razones y propuestas de tus interlocutores, tú seas lo suficientemente
cuidadoso para elaborar tus argumentos, para explicar tus razones y para
ofrecer soluciones a los problemas que los afectan sin esperar que tus
interlocutores puedan adivinar o suponer las razones que te llevan a diferir de
ellos.
Argumentar no
implica, “tirar rollo,” ser verboso o ampuloso al exponer nuestras ideas.
Tampoco implica ser agresivos en la defensa de nuestros ideales o nuestras
propuestas. Exige, más
bien, ser
muy claro, muy consistente y muy preciso al momento de explicar tu situación,
las condiciones de las que partes y las propuestas de solución que haces. Por
ello es
muy importante que al argumentar, al
explicar tus razones y hacer tus propuestas evites
ser zalamero, es decir, evita los elogios innecesarios a tus interlocutores;
pero también evita cualquier cosa que se pueda interpretar como una grosería o
como una agresión. Cede y apuesta a que tus interlocutores
estarán dispuestos a ceder para evitar un conflicto.
Negociación
y alcance de acuerdos
“Más
vale un mal arreglo que un buen pleito.”
La
idea detrás de este refrán es que aunque los arreglos puedan no ser los que tú
esperabas, es más barato llegar a los acuerdos que prolongar los conflictos.
Esto es mucho más importante de reconocer cuando uno considera que los
conflictos pueden llegar a involucrar dilatados y muy costosos procesos
judiciales, que pueden durar varios años y, sobre todo, que pueden agravar las
condiciones que dieron origen al conflicto y ser el pretexto para que se
desaten situación de violencia.
La negociación es,
ante todo, una actitud que se expresa de distintas maneras, por medio del “pensamiento positivo,” por
medio de la escucha activa y de
la construcción mutua de situaciones ideales de habla en la
que las partes involucradas en un conflicto o una diferencia sean capaces de
alcanzar acuerdos a partir de aquellas cosas en las que hay coincidencias para
que, a partir de ese cimiento, se puedan allanar las diferencias que, de manera
inevitable existen en otros contextos y realidades.
Es
cierto que la negociación
no siempre va a lograr sus objetivos, pero también es cierto que el logro de
los objetivos de cualquier negociación depende, fundamentalmente de la
disposición de las partes involucradas en un conflicto para alcanzar acuerdos
que, primero, eviten el estallido de la violencia o de prácticas intolerantes y
que, en segundo lugar, contribuyan a la mejora progresiva de las situaciones
que dieron origen al conflicto.
La negociación, para ser eficaz, necesita de actores
capaces de empatizar el uno con el otro. Por ello, requiere de actores
dispuestos a participar y a aceptar la participación constructiva de
otros en la solución de los conflictos, reconocer al otro como su igual, como
dotado de los mismos derechos, capaces de formular juicios morales, de actuar de manera responsable y autónoma, sin esperar que en todo momento las autoridades los
presionen para cumplir con lo que las leyes disponen. Requiere de actores
capaces de aceptarse a sí mismos y de pensar positivamente de sí y de
sus interlocutores. Capaces de trabajar conjuntamente con otros actores y de hacerlo con un espíritu de cooperación positiva que favorezca y no impida o prevenga la negociación y la construcción de soluciones en las que, de manera inevitable, las partes involucradas
tendrán que ceder. La construcción de un orden social más justo, más
democrático y más participativo sólo será posible en nuestro país en la medida
que los distintos actores sociales, ya desde sus hogares, sus colonias y
comunidades, muestren disposición a introducir transformaciones constantes que
mejoren las condiciones en las que se discuten los problemas que nos afectan a
todos.
ACTIVIDADES
1. Realiza un breve resumen
2.
Observa el siguiente video y escribe una breve opinión sobre el mismo.
3.¡Vamos
a prepararnos para la evidencia!
Recordarás que éste resultado de aprendizaje se evalúa mediante
el desarrollo de un debate, para que tu desempeño sea de lo mejor, sigue los
siguientes pasos:
a) Investiga todo lo referente a ese tema, toma notas breves
sobre el mismo.
d) Observa los siguientes videos
e)
Prepara tus argumentos.
¿LISTO?
¡Manos a la obra!
P.D No olvides dejar un comentario (aunque sea chiquito ;) )
La información que se muestra al principio aparte que es concreta nos incluye algunos ejemplos para comprender más los temas. Estos son importantes porque tratan sobre como debes o sería más favorable nuestro comportamiento ante un conflicto o desacuerdo con alguien que tenga un punto de vista diferente al mío.
ResponderEliminarEs por el cual nosotros al hacer la siguiente evidencia que es un debate los podremos utilizar y llevar en práctica.
Romero Bastida, 105
Buenos Dias Maestra La información presentada me parecio muy buena y además objetiva estoy completamente segura de que nos ayudará en nuestro desempeño durante el debate y permitiéndonos compartir nuestra ideas de manera más clara y precisa
ResponderEliminarTratando de invitarnos a respetar la variedad de opiniones, mantenernos en una postura clara,defendernos nuestros argumentos , la negocio es para llegar a algo mutuo con los compañeros pero lo más importante de nuestro nuevo aprendizaje de hoy es que sepamos llevarlo a la práctica donde y cuando sea necesario
el tema estuvo muy bien explicado con el vídeo y las actividades
ResponderEliminarProfesora considero que este tema es muy largo,pero me quedo muy claro.
ResponderEliminaresto nos facilitara él desarrollo de nuestra evidencia.
gracias profesora.;)
Paulina Anahi Calixto 106
ResponderEliminarbueno la informacion es muy buena y opinó que nos puede ayudar en algunas cosas.
Irvin Gonzalez Samano105: A pesar que el contenido es largo es muy entendible y queda casi todas las cosas en claro con los vídeos nos facilita la evidencia.
ResponderEliminarIZQUIERDO HERRERA SAUL 105
ResponderEliminarEsa muy bien explicado y e entiende bien aunque si es un poco largo 😉
Eduardo perez dominguez Profesora considero que este tema es muy largo
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